Las células madres son componentes principales de la sangre humana y del sistema inmunológico, proveedores de defensas del cuerpo. Estas células se conforman de glóbulos rojos que llevan oxígeno a los tejidos, glóbulos blancos para combatir infecciones y plaquetas para la coagulación.
Tanto la sangre del cordón umbilical como la médula ósea contienen grandes cantidades de estas células y pueden ser empleadas para el tratamiento de enfermedades hematológicas y enfermedades de tipo genético.
La conservación del cordón umbilical representa una ventaja para la extracción de estas células puesto que su obtención no implica ningún riesgo para la madre o para el bebé.
Anteriormente el cordón umbilical era considerado un material de desecho, sin embargo en la actualidad representa una fuente segura en la obtención de células madres útiles para el tratamiento de diversas enfermedades con una probabilidad muy baja de transmisión de infecciones o rechazo por parte de quien las recibe.
Su uso no solo está limitado al bebé de quien proceden sino que pueden emplearse por otros miembros de su familia, principalmente los hermanos.